Se considera que el primero que desarrolló el concepto de lo que después serían los lentes de contacto fue Leonardo Da Vinci, a principios del siglo XVI, que instruyó a un hombre con discapacidad visual para abrir los ojos en un recipiente con agua, de repente, el hombre vio claramente; animado por el éxito, Da Vinci intentó crear un dispositivo que se constituyera de agua y pudiera ser colocado directamente sobre el ojo. Por desgracia, no pudo construir un diseño práctico, aunque Da Vinci estaba trabajando en el concepto de lentes de contacto antes del desarrollo de lentes de vidrio y plástico. Sin embargo, esto solo se produjo medio milenio después de su investigación inicial, teniendo en cuenta que en la actualidad el agua sigue siendo un componente importante en los materiales de lentes de contacto.

Thomas Young trató de mejorar la idea de Da Vinci en 1801, al realizar una serie de lentes de contacto (pequeños cuencos llenos de agua) y posteriormente los unió a sus ojos con cera. De esta manera, el agua neutralizo su error de refracción y añadió un par de lentes para la agudeza visual. Por supuesto, mientras innovaba en el concepto, esta idea resultó incómoda y poco práctica.

No fue hasta 1887 que F.A Mueller utilizó vidrio para hacer el primer lente de contacto, estos eran lentes esclerales que se extendían más allá del limbo corneal para descansar en la esclerótica; sin embargo, no tenían el poder de refracción. Un año más tarde, Eugen Fick fue capaz de utilizar la idea de Mueller para hacer un lente escleral de cristal con el poder de refracción. Por desgracia, eran difíciles de elaborar y muy pesados, lo que dificultaba su utilización.

En 1937, el optometrista William Feinbloom desarrolló un lente de contacto escleral con un centro de cristal y bordes de plástico rígido. Este primer uso de plásticos tuvo un profundo impacto en el desarrollo de lentes de contacto. Tras los pasos de innovación de Feinbloom, Theodore Obrig fue quien creó lentes de contacto esclerales hechos enteramente de polimetilmetacrilato (PMMA) en 1938. El éxito del PMMA es tal que todavía se sigue comercializando.